Qué es un linfedema y cuáles son sus síntomas

Qué es un linfedema y cuáles son sus sintomas

Uno de los riesgos que existen al someterse a determinados tratamientos contra el cáncer es la aparición de un linfedema. Se trata de un problema ligado al sistema linfático que puede acarrear una inflamación en diferentes parte del cuerpo y que deberá ser tratada con fisioterapia. En este post te contamos qué es un linfedema y qué síntomas suelen acompañarle.

 

Qué es un linfedema

Un linfedema es un trastorno que consiste en la acumulación de líquido linfático bajo la piel causada por una obstrucción en el sistema linfático. Dicha obstrucción normalmente se produce después de una cirugía contra el cáncer y el riesgo de que aparezca aumenta si el paciente también debe someterse a radioterapia.

Muchos de los casos de linfedema se dan en mujeres con cáncer de mama, ya que la cirugía necesaria para extirpar el tumor causa una interrupción de los ganglios linfáticos en la axila. La consecuencia es que el líquido linfático se acumula en esta zona y se produce una inflamación del brazo. El riesgo de desarrollar un linfedema en estas pacientes es de hasta un 10%, pero puede aumentar hasta un 25% si también reciben radioterapia.

A pesar de ser una patología crónica que no tiene cura, el linfedema se puede tratar con fisioterapia para reducir sus efectos y permitir que el paciente mantenga una buena calidad de vida. Para ello es importante detectarlo lo antes posible, ya que cuanto antes se diagnostique y se inicie el tratamiento de fisioterapia, mejor se podrá controlar.

 

¿Cuáles son los síntomas de un linfedema?

Aunque un linfedema puede tardar en aparecer incluso años, lo normal es que se desarolle durante los meses posteriores a la cirugía. No aparece de forma brusca, sino que se desarrolla paulatinamente, así que debemos estar atentos a los posibles síntomas para una detección lo más precoz posible.

Entre los primeros síntomas destaca la sensación de pesadez en la zona afectada (el brazo, la pierna, etc.), así como el endurecimiento de algunas de estas zonas. Estos primeros síntomas pueden evolucionar en un aumento del diámetro de la extremidad afectada y en dolor y dificultad para moverla. Si no se detecta en esta fase, el aumento de volumen puede ser notable y producir un cambio en la apariencia física que también puede llegar a afectar a la autoestima y la calidad de vida de esta persona.

En el caso de que detectes alguno de estos síntomas tras haberte sometido a una cirugía contra el cáncer, debes acudir a tu oncólogo. Él se encargará de evaluar la situación y de emitir un diagnóstico que confirme si se trata de un linfedema o no.

Si necesitas más información para entender qué es un linfedema y qué tratamientos existen para combatirlo, puedes acudir a la Asociación Española de Linfedema (AEL). Esta organización ha sido creada con el objetivo de mejorar la calidad de vida de los pacientes y ser un punto de encuentro para ellos.

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